19 dic 2011

Canelones para Navidad, dale un toque catalán


¿Qué hay de nuevo, queridos seguidores?

Espero que las fiestas que se aproximan, sean las más entrañables y felices de vuestra vida, aunque habrá todavía muchas por celebrar...

Como los que seguís éste blog, sois buenos amantes de la cocina, os voy a ofrecer la posibilidad de que hagáis uno de éstos días de Navidad, una receta típica catalana, pero no por ello, menos apetitosa que cualquier otra que se haga para éstos días.
Vamos todos a intentar hacer unos deliciosos canelones al estilo catalán.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS (aprox. 20 canelones)

- 20 placas de pasta para canelones, los de toda la vida (el pavo o el gallo)
- 300 grs. de carne magra de cerdo (puede ser del cuello)
- 300 grs. de carne de ternera (también de cuello)
- Una pechuga de pollo
Si lo preparáis todo con antelación,
después no tendréis sorpresas.
- Una pechuga de gallina
200 grs. de pechuga de pavo
- 150 grs. de higaditos de pollo (se puede sustituir por una latita de paté de cerdo)
- Dos cebollas medianas
- Tres tomates maduros
- Dos hojas de laurel
- Dos dientes de ajo
- Un vasito de vino para cocinar
- Leche
- Mantequilla
- Harina de maíz (Maizena) mucho más fina que la de trigo
- Nuez moscada rallada
- Aceite
- Sal

Os parecerán muchos los ingredientes,
pero aquí os dejo ésta foto para
que no perdáis detalle.
PREPARACIÓN
Lo primero que haremos antes de nada, es tener todo preparado para hacer el rustido, para ello colocaremos en una cazuela lo suficientemente amplia, un chorro de aceite y cuando esté caliente, iremos introduciendo la carne, excepto los higaditos o el paté, a la cual ya le habremos puesto sal. Una vez que la carne empiece a coger ese colorcito dorado, le incorporamos la cebolla troceada, los dientes de ajo, las hojas de laurel y los tomates troceados e iremos moviendo de vez en cuando y a fuego medio, que vaya soltando todo su jugo.

El rustido tiene que ser muy suave, para que después
los canelones estén en afinidad con la bechamel.

Cuando esté haciendo el típico, "chup chup" le echamos el vino, para que evapore el alcohol, debemos intentar que el rustido sea lo más suave posible, por eso hay que  asar bien los tomates, no incorporarle ni pimientos ni pimienta, eso es importante, pensad que después tiene que ir con una salsa bechamel

Ahora incorporamos los higaditos, ya que éstos no hace falta que estén tanto rato rustiéndose, ya que saldrían secos.
Después de que el rustido esté tibio, lo iremos picando en la picadora, los que no tengáis picadora, os espera un poquito de faena, ya que tendréis que trocearlo todo con tijera o con cuchillo y muy pequeñito, no os olvidéis de la cebollita y del tomate, sobretodo de éste último, quitarle la piel, los ajos no hace falta que se piquen y por supuesto, tampoco las hojas de laurel.


Sin picar
Picadito
¿Lo veis bien? 
A la izquierda, los trozos sin picar, a la derecha... un, dos, tres, picadora...



Hacer una bechamel espesita






En la misma cazuela del rustido, pondremos un poquito de mantequilla y un par de cucharadas de maizena y cuando esté a punto de ligarse, le pondremos la leche, a chorritos y como una puntita de una cuchara de café de nuez moscada y sal, intentad que no se hagan grumos.
Incorporad la carne rustida y picada



Seguidamente incorporamos el rustido picado, y vamos ligándolo con la bechamel.



Mezclarlo todo bien
















Ha de quedar una masa cremosa, ligada y homogénea, pensad que después tiene que ir dentro de los canelones, y no puede  estar demasiado líquida.
En una bandeja a enfriar 
Ponemos la masa en una bandeja para que se enfríe en la nevera, no os olvidéis de taparla con film o un trapo de cocina. Si lo hemos hecho por la mañana, posiblemente, podremos hacer los rollos de los canelones por la tarde, aunque lo ideal sería hacerlos al día siguiente.





Es muy importante que las
placas se introduzcan una a una
Vamos ahora a cocer las placas de los canelones, en un olla grande, ponemos abundante agua con sal y un chorrito de aceite, e iremos introduciendo una a una las placas de los canelones, no olvidéis ese dato, es muy importante para que no se peguen entre ellas.








Enfriar en agua bien fría




Cuando hayan pasado más o menos  unos 13 minutos, apartaremos las placas y las pondremos en un recipiente con agua fría, es muy importante que estén frías, calientes, se romperían con facilidad.


Escurrir las placas en un
colador grande, nada de agua




Llegó el momento de escurrir bien las placas, no debe quedar ni una gotita de agua, un escurridor grande, iría a la perfección.




Extenderemos un par de paños de cocina bien limpios en una mesa, e iremos poniendo una a una las placas de los canelones, bien colocadas y procurando que no se rompan, acto seguido vamos rellenándolas con aproximadamente una cucharada y media de masa.
No deben quedar muy llenas,
pero tampoco que se vean pobres
Y ahora llegó la hora del "lio", con sumo mimo hay que ir enrollando las placas con el relleno, podéis liar todas las placas y después ya hechos los canelones, podéis colocar en la bandeja que hayáis elegido para gratinarlos.
Con cuidadito no se rompan...


Extender bien la mantequilla








Ahora con un pincel, o con una espátula, extendemos mantequilla a la bandeja que irán colocados los canelones, no hace falta que sean "pegotes" con un poquito extendida, hay suficiente, hemos de evitar las grasas saturadas, y mucho más en un plato tan exquisito.
Consejito gratuito, la abertura
siempre hacia arriba...
Los colocamos uno a uno, y si me queréis aceptar un pequeño consejo, poned la abertura hacia arriba, así evitaréis que cuando los sirváis, no se os abran por abajo.




Ésta bechamel un poquito
más clarita que la del relleno
La bechamel que hagamos para cubrir los canelones, ha de ser más clara que la del relleno, pensad que tiene que cubrirlos pero al mismo tiempo, penetrar por entremedias de ellos, será como los encontremos bien jugosos y suaves, no encontrando placas sin cubrir.

El queso rallado es opcional
Ahora es el momento de ponerles la bechamel por encima, cubriéndolos por completo y moviendo un poquito la bandeja para que penetre bien la bechamel. Ponerles queso rallado es opcional, pero si decidís hacerlo, poned uno que sea suave, os recuerdo que los canelones, es un plato suave.

Más o menos tostaditos,
para gustos, los colores
El gratinado puede ser al gusto, o más o menos, pero sobretodo que esté torradita la parte de arriba, ya que así podremos apreciar la suavidad de los canelones, que es en realidad lo que interesa.

Tan tiernos que se fundirán
en tu boca
Y ahora sí, vamos a lo que nos gusta, deleitarnos con unos canelones dignos de un rey y que ahora pueden estar en boca de todos nosotros, solo hay que tener (como siempre os digo) paciencia, mimo, amor y tiempo.






Los canelones son un digno presente para una mesa, pueden servir de primer plato, de segundo o como plato único acompañado de una ensalada o algo similar. El vino que podemos elegir para éste plato puede ser un tinto crianza o un priorato o un cava brut, aunque el mejor maridaje para los canelones es sin duda el cava... y ahora sí... ¡¡¡Bon profit!!! o lo que es lo mismo, ¡¡¡Buen provecho!!!

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